Festival de los Colores, India.
Holi es una de las festividades más especiales e importantes de la India. Se trata de un día en el que el país se tiñe de luz y color para celebrar el final del invierno y el comienzo de la primavera, a la vez que se festeja el triunfo del bien sobre el mal.
La India es un país de contrastes que no deja indiferentes a sus visitantes, pero para aquellos que tienen la suerte de visitarla durante la celebración de la fiesta de Holi, el viaje se convierte en una experiencia aún más especial.
Inicio del Festival Holi.
Pero esta celebración no solo va de colores. De hecho, la fiesta, que dura dos días, comienza la última luna llena del mes lunar hindú Phalguna, el undécimo mes del calendario (entre finales de febrero y mediados de marzo). La primera noche es la del “Holika Dahan” o Chhoti Holi, y se celebra alrededor de una hoguera para simbolizar la victoria del bien sobre el mal. En la actualidad, se conmemora la llegada de la primavera, simbolizando un nuevo comienzo en el que las personas dejan atrás el pasado. Y lo hacen construyendo piras gigantes y cantando y bailando toda la noche alrededor del fuego.
Una explosión de color.
El siguiente día, que este año coincide con el 10 de marzo, es el que se conoce internacionalmente como Holi, aunque también se le denomina Rangwali Holi o Dhulhendi. Sí, es cuando se lanza el polvo de colores o gulal. Este día, en la mayoría de localidades indias y nepalíes se concentran personas de diferentes castas, condiciones sociales, religiones y edades con un único objetivo: pasárselo bien. Pero, ¿de dónde proviene esta colorida tradición? Tiene orígenes míticos, y en la actualidad han adquirido protagonismo dos leyendas hindúes.
El triunfo del bien sobre el mal.
Una de estas leyendas es la de Holika, la malvada hermana del rey Hiranyakashipu y tía del príncipe Prahlada. Todo comenzó cuando a Hiranyakashipu le fueron otorgados unos poderes extraordinarios que le llevaron a creerse todo un dios, el único al que el pueblo debía adorar. Pero, el príncipe Prahlada decidió seguir adorando a Vishnu como se hacía tradicionalmente. Esto enfureció a su padre hasta tal punto que el rey decidió castigarlo. Holika tramó la idea de invitar a su sobrino a sentarse con ella en el centro de una hoguera. Por supuesto, se trataba de una trampa mortal. Ella estaría protegida por una capa mágica que la protegería de las llamas y así su sobrino moriría. Afortunadamente la cosa salió mal para la cruel Holika. El dios Vishnu, aquel al que adoraba el príncipe, apareció en ese momento y mató al rey arrogante. La moraleja de la historia es que el bien siempre triunfa sobre el mal. Y es, por ello, que el festival Holi comienza la mañana después de la hoguera.
Una historia de amor y de color.
La otra leyenda hace referencia a la historia de amor de Radha y Krishna y explica el uso de los colores. Krishna preguntó a su madre, Yashoda, a qué era debido que Radha tuviera la piel blanca y la suya, en cambio, fuera tan oscura. Y Yashoda le contestó que para no sentir celos del color de Radha que una solución podía ser la de pintarle el rosto con colores oscuros. Así, los dos enamorados serían iguales. Como Krishna le hizo caso, desde entonces todos los enamorados se pintan la cara con los colores del Holi.
Un significado para cada color
Los cuatro colores principales representan diferentes conceptos: el rojo refleja el amor y la fertilidad, el azul es el color de Krishna, el amarillo es el color de la cúrcuma y el verde simboliza la primavera y los nuevos comienzos. También hay un mito simbólico detrás de conmemoración de Krishna: cuenta la leyenda que su piel es azul porque la demonio gigante Putana lo envenenó con su leche materna.
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