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viernes, 13 de septiembre de 2019

Inauguración exposición Premio Artecámara 2018


Paracuses visuales y pedagogías equívocas: la fabricación de los hechos
En Relevo pausado, 2019, grandes lienzos horizontales que cuelgan de varillas como carteleras didácticas conforman unos «exhibidores», esculturas hechas de pinturas que en sus proporciones y disposición recuerdan muebles de un museo de ciencia. Las figuras no tienen un referente específico, pero nos recuerdan imágenes de experimentos sobre electromagnetismo, diagramas representando alternadores y bobinas, y tensiones entre polaridades. Así no representen específicamente nada reconocible y hayan sido creados más que recreados, el ojo/mente trata de darle sentido a estos paracuses visuales a partir de lo que percibimos, lo que sabemos, y lo que creemos saber. «Cada malaescucha es una invención original», afirma Oliver Sacks; «lo que es extraordinario es que, en primer lugar, se nos presentan como palabras o frases claramente articuladas, no como mescolanzas de sonidos. Uno malentiende en vez de dejar de oír». En este conjunto de trabajos de Lorena Espitia, en vez de dejar de ver, estamos malviendo.
Esta exposición es el resultado de la residencia de la artista Lorena Espitia (Bogotá, 1983) en FLORA ars+natura, gracias a una beca otorgada por Artecámara 2018. Durante el 2019 Espitia participó del programa de estudios independientes Escuela FLORA.

José Roca 





Volveré a nacer si me muero es una colección de objetos, de piezas con una carga afectiva significativa, donde dibujos, fotografías, canciones, serigrafías y textos se acompañan y dialogan entre el humor, el drama, el amor, el desamor, el hastío y la vulnerabilidad.

Conviven en el espacio expositivo tres grandes temas por los que todos nos hemos preguntado más de una vez: El amor, la muerte y Dios, cualquiera que sea la idea que tengamos de él; porque también tenemos oraciones personales para no morirnos a veces, para que no se nos muera el amor, el trabajo, la familia, los amigos, las cosas, los instantes. Pequeñas plegarias, triquiñuelas que nos inventamos para rezar a los dioses que hemos construido a nuestra imagen y semejanza, que nos acompañan en esta parte del viaje y que nos susurran al oído: «volveré a nacer si me muero para quererte, volveré a nacer para no olvidarte».
Maria Avila Leubro