Se llevó a cabo el cambio de estafeta entre España, país Invitado de Honor de este año, y Barcelona, que será la ciudad visitante de 2025
En la recta final del cierre de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, el auditorio Juan Rulfo se llenó a tope. Pero el aire era un poco
más relajado, a pesar de que las personas comenzaron a ingresar 20 minutos
antes de la cita, para alcanzar un buen lugar y no perderse del momento en que
España se despidió de la Feria y le pasó la estafeta a Barcelona, que será la
ciudad Invitada de Honor en 2025.
En el
presídium estuvieron presentes Ricardo Villanueva Lomelí, rector general de la
Universidad de Guadalajara; José
Trinidad Padilla
López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; Juan Duarte Cuadrado, embajador de España en México; Xavier Marcé,
concejal de Cultura e Industrias del Ayuntamiento de Barcelona, y Marisol
Schulz Manaut, directora general de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara.
“Es el día
agridulce de la Feria”, afirmó Villanueva, refiriéndose a la despedida del
invitado; pero este año es más fácil porque “usted, señor embajador, no se va a
ningún lado”, dijo mirando a Duarte Cuadrado, pues España se queda con
Barcelona, que además traerá la cultura catalana. Agregó que este año se
rompieron los récords en cantidad de autores, editores y profesionales del
libro, ventas y visitantes. “Esto quiere no sólo que hay más ventas, sino más
lectores”, dijo, y pidió un aplauso para los y las lectoras que asistieron a la
FIL. Para dimensionar, el rector señaló que, si se tratara de una celebridad,
“el libro fue capaz de llenar quince veces el estadio Jalisco”.
“Ha llegado no
el momento de decir no adiós, sino hasta pronto”, expresó Padilla López después
de rendirle un homenaje a todas las personas que unieron fuerzas para trabajar
en equipo y hacer llevar a buen puerto la edición 38 de la Feria. Pero, sobre
todo, a las personas que acudieron a la cita de la celebración de las letras,
que demostró que “la literatura y el libro gozan de cabal y buena salud”.
“México es su
casa; la FIL es su casa”, mencionó Schulz. La llegada de España trajo la
oportunidad de hacer otro intercambio valioso entre las culturas que cuentan
con un vínculo que es importante mantener. Después de mencionar y halagar el
diseño del Pabellón de España, que permitió que la gente pudiera “perderse
entre la vegetación y los libros”, compartió que las plantas endémicas de ambos
países que ahí estuvieron, así como el mobiliario, serán una donación de España
para México. También agradeció al escritor Sergio Ramírez, quien ha sido un
asiduo de la FIL y que ahora forma parte del cuerpo académico de la Universidad
de Guadalajara, luego de recibir este año el doctorado honoris causa.
Duarte
Cuadrado dedicó sus palabras iniciales a agradecer al equipo de la FIL, desde
su nuevo presidente y su directora, que hacen de “esta Feria sea un baluarte a
escala internacional”, hasta al equipo de la delegación española, que trabajó a
la altura de un proyecto que, como ya dijo el ministro de Cultura, “no es sólo
de cultura, sino del país y del Estado”. Sobre el siguiente Invitado de Honor,
informó que “este cierre nos ayuda a ver hacia el futuro, pues con la presencia
de Barcelona se fortalecerá el vínculo que entre los países no concluye hoy,
sino que continúa”. Finalmente, no dudó en subrayar que uno de los hitos
culturales entre ambos países, el exilio republicano en México, ha sido un
fenómeno que ha nutrido a los dos países, y no olvidó que la Feria, siguiendo
este espíritu de solidaridad, apoyó a los damnificados de Valencia por la DANA
de octubre pasado. “En verdad, muchas gracias”. Remató su intervención con una
invitación a que “sigamos construyendo puentes, porque en cada libro y palabra
encontramos puntos de partida para encontrarnos con el oro y con nosotros
mismos”.
Como acto de
buena fraternidad y buena voluntad, el invitado del año en curso y el próximo
hacen un intercambio de regalos. España le entregó a Barcelona la carpeta
gráfica La leona, que contiene un poema de Elena Poniatowska y tres
litografías de Luis Moro, cada uno firmado por su respectivo creador.
Barcelona, por su parte, le entregó a Madrid “Llibres Lliures”, poema visual
que Joan Brossa hizo para la 43 Feria del Libro de Ocasión Antiguo y Moderno de
Barcelona, en 1994, en
una litografía firmada por el poeta, la
número 76 de una edición de 125.
En su intervención, Marcé reconoció a España y su
industria editorial por la muestra literaria que trajo hasta México. "Más
de 50 por ciento de las editoriales se encentra en Barcelona”, dijo, así que su
presencia el año próximo es una afortunada oportunidad de explicar la
diversidad lingüística que existe en el país. “Barcelona, que edita con el
mismo cuidado a los autores en español y en catalán; que ha creado a la
Rosalía, que dice con orgullo que después de España valdrá la pena conocer
aquello que podemos aportar al libro y la cultura”.
El acto contó
con un número musical del grupo
L’arannà, que interpretó tres piezas “Poble de vidre”, “Jardí vora el mar” y “La salamandra”. Este ensamble, vale la pena mencionar,
hizo su debut en la industria musical con un disco homenaje a la obra de la
escritora barcelonesa Mercè Rodoreda, titulado La salamandra, para el
que tomaron palabras de la autora para sembrarlas en composiciones originales
de música pop de atmósferas electrónicas.
Finalmente, se
celebró un brindis entre los invitados que se van, los que vienen y los que se
quedan, mientras se empieza a trabajar en el engranaje para todas las
actividades que comenzarán el próximo sábado 29 de noviembre, de 2025, del que
ya falta un día menos para su llegada.